Librería Octubre

Aunque pueda parecer una perogrullada, creo necesaria la preguntita de marras para una presentación como es debida. Los más avispados (o sea, todo Dios), dirán que una librería es siempre una librería: vas, miras, compras, y punto... PUES NO! Pero mejor empezar por el principio.

El 19 de Noviembre de 2003 abrió oficialmente una pequeña librería de arte, sita en la santacrucera calle de Pérez de Rozas; pocos libros y muchas perspectivas . Ni un duro. Dos años después, la Librería Octubre sigue en el mismo sitio, ha quintuplicado el número de libros, (incluyendo, además, secciones de merchandising de arte y cine), ha visto crecer el número de asiduos y, a pesar de la innegable pequeñez física, podemos decir que ha crecido, poco a poco, gracias a todos aquellos que vieron en ella algo más que "otra librería". Hay algo que, sin embargo, este modesto éxito no ha conseguido cambiar: ni un duro.
Dos años, aunque no lo parezca, es mucho tiempo, sobre todo para aquellos que tememos a la rutina por encima de todas las cosas: ir a trabajo día tras día, abrir de 9 a 13 y de 17 a 20:30 (sábados de 10 a 13); horas y horas viendo pasar gente que no entra, o que sí que entra; que compra, o que no lo hace... Vamos, a primera vista, un infierno. Pero, desde el primer día, la realidad me demostró que cualquier parecido con esta idea apocalíptica que les acabo de describir era pura casualidad: no ha habido un sólo dia, NI UNO SIQUIERA, en el que las cosas hayan sido anodinas, rutinarias... Normales. Estos dos años me han dado tema de conversación como para diez años más.
Éste es, a grandes rasgos, el espíritu de Octubre. Aquí tiene cabida todo el mundo, no sólo los artistas o las eminencias en cuestiones artísticas; tampoco es este un negocio dirigido a determinados bolsillos: tengas el dinero que tengas, si te gusta el arte o sientes alguna curiosidad por él, o crees que te puede gustar, éste es tu sitio.

Octubre se ha convertido, no sé cómo, cuándo, ni por qué (pero así es), en una especie de "necesidad" para aquellas personas que, por casualidad, causalidad, o demás caprichos del destino, un buen día se atrevieron a entrar, y creo que esta es la razón por la que la Librería, habitualmente, es escenario improvisado y espontáneo de charlas, debates o, simplemente, de conversaciones sobre cualquier cosa que apetezca ese día, casi siempre con un café de por medio (a veces cortesía mía, otras no, según se vea): esto es Octubre.
Nunca imaginé cuando abrí por primera vez, ni siquiera cuando se me ocurrió que una librería especializada en arte podía funcionar en la era de la informática y los libros digitales, que este pequeño proyecto, básicamente comercial, pudiera acabar yendo por estos derroteros de tintes tan humanos, tan de tú a tú, pero creo que la clave es simple: Octubre no es, ni será nunca, un proyecto individual. Octubre se construye todos los días; lo construyo yo, abriendo cada mañana, pero, sobre todo, lo construye la gente que, un día tras otro, para por aquí, bien a comprar, bien a saludar, bien a pasarse la mañana o la tarde divagando. Espero que este blog sirva para compartir con todos ustedes, presentes físicamente, o presentes a través de la red, esta pequeña revolución que lleva en marcha dos años y que, entre todos, logremos hacerla, un buen día, mundial.